El 16 de septiembre de 2022 fue asesinada en Teherán (Irán) la joven de origen kurdo Jîna Mahsa Amini, víctima de la “policía de la moralidad” que la detuvo mientras estaba de visita con su familia en la capital por llevar colocado el velo (hiyab) en la cabeza de manera “informal”.
Tras su detención, fue llevada a comisaría para dar una “clase de reeducación” sobre el código de vestimenta que establece el régimen iraní. Después de dos horas, Jîna fue trasladada de urgencia a un hospital tras sufrir un infarto y un derrame cerebral. La policía iraní asegura que se debió a las enfermedades que sufría la joven, pero tanto su familia como la agencia de noticias kurda ANF, que tuvo acceso a una tomografía del hospital, aseguran que murió tras recibir fuertes golpes en la cabeza.
Al enterarse del asesinato de Amini, miles de mujeres salieron a la calle y lideraron las protestas contra un régimen patriarcal que somete la libertad de las mujeres a través del poder del estado y su interpretación de la religión. En Irán, a día de hoy, las mujeres están supeditadas al hombre en temas como el matrimonio, divorcio, la libre circulación o la custodia de los hijos e hijas, recibiendo protección nula ante la violencia de género.
Esta situación, se agrava aún más, si perteneces a alguna de las etnias minoritarias en el país como la kurda, la baluchi, la azerí o la armenia. Estas poblaciones sufren pobreza y represión a partes iguales por el régimen del país que concentra todo su poder en la etnia dominante persa.
Toda esta represión nos lleva a pensar que la muerte de Amini no fue natural y que la represión y violencia ejercida por la policía en las manifestaciones es un ejemplo más de como el estado reprime la liberación de las mujeres en Irán.
Aun así, las manifestaciones no se han detenido. Desde el 17 de septiembre hasta el día de hoy, miles de personas siguen saliendo a la calle a protestar contra el régimen al grito de “Jin, Jiyan, Azadî” y su traducción al farsi “Zan, Zendegi, Azadî” (Mujer, Vida y Libertad), lema del movimiento de mujeres kurdas que se popularizó en 2006 durante las marchas de mujeres en Turquía.
A día 26 de noviembre han sido detenidas en Irán más de 18.000 personas, aunque se calcula que pueden ser muchas más ya que los cortes de internet y la escasa transparencia hacen prever muchas más detenidas. Las muertas se cree que superan ya las 445, entre ellas 63 niñxs, en la represión de las manifestaciones y especialmente violenta está siéndola represión en las zonas del Kurdistán iraní (Rojhilat) y las zonas de Baluchistán.
Desde Apoyo Mutuo Aragón queremos mostrar nuestra solidaridad y apoyo a las mujeres iraníes, kurdas, baluchis, etc., que luchan por su libertad y la de sus pueblos y condenar la represión que está llevando a cabo el estado iraní bajo la pasividad del resto del mundo.
Jin, Jiyan, Azadî.